Ictus y visión: Una relación complicada

afecta un ictus a la vista
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Desde que sufriste el ictus, tu vida ya no ha sido la misma. Son estas secuelas las que te provocan cierta inquietud. La visión puede ser una de ellas, y por ello con este texto pretendemos darte algo de claridad a este importante asunto. 

¿Cómo afecta un ictus a la visión?

Un ictus, o accidente cerebrovascular, puede tener un impacto significativo en la visión, dependiendo de la localización y gravedad de la lesión cerebral. El cerebro juega un papel crucial en el procesamiento de la información visual, por lo que un ictus que afecta las áreas responsables de la vista puede provocar distintos tipos de alteraciones visuales. Estas afectaciones pueden ser parciales o completas y variar en severidad, afectando la calidad de vida y la independencia de los pacientes.

Causa de los problemas de vista después de un Ictus

Los problemas de vista después de un ictus son consecuencia directa del daño que el accidente cerebrovascular provoca en las áreas del cerebro responsables de procesar la información visual. A diferencia de las afecciones que afectan únicamente los ojos, en el caso de un ictus, las alteraciones visuales se deben principalmente a la interrupción del flujo sanguíneo en ciertas partes del cerebro que controlan la visión, como el lóbulo occipital, los nervios ópticos, el tálamo y los circuitos visuales asociados.

1. Daño en el Lóbulo Occipital

El lóbulo occipital, ubicado en la parte posterior del cerebro, es la región principal encargada del procesamiento visual. Si un ictus interrumpe el flujo sanguíneo hacia esta área, puede provocar trastornos graves en la percepción visual. Daños en el lóbulo occipital pueden llevar a la hemianopsia, donde los pacientes pierden la capacidad de ver en la mitad de su campo visual.

2. Afectación de los Nervios Ópticos

El nervio óptico transporta la información visual desde los ojos hacia el cerebro. Un ictus que afecte la vía visual, ya sea en los nervios ópticos o en los tractos visuales, puede bloquear esta transmisión, causando problemas de visión, como pérdida parcial o total del campo visual en uno o ambos ojos. Este daño puede dar lugar a una visión borrosa, doble (diplopía) o incluso ceguera en algunos casos.

3. Daño en el Tálamo

El tálamo es una región central del cerebro que actúa como un centro de relevo para la información sensorial, incluida la visual, antes de enviarla a otras áreas para su procesamiento. Un ictus que afecte el tálamo puede provocar una alteración en la interpretación de la información visual, lo que dificulta la capacidad de reconocer objetos o personas. Este fenómeno se conoce como agnosia visual, donde el paciente ve las imágenes, pero no puede interpretarlas correctamente.

4. Interrupción de la Comunicación entre las Áreas Visuales

El cerebro utiliza una red de conexiones complejas entre diferentes áreas para interpretar la información visual. Un ictus puede dañar estas vías de comunicación, interrumpiendo el flujo normal de información entre los ojos y el cerebro. Esta interrupción puede generar desorientación espacial o dificultades para calcular distancias y percibir el entorno de manera precisa, lo que puede aumentar el riesgo de accidentes y caídas.

5. Involucración del Lóbulo Parietal

El lóbulo parietal también desempeña un papel importante en la interpretación del entorno visual, especialmente en la percepción del espacio y la coordinación ojo-mano. Un ictus que afecte esta área puede causar negligencia visual o la incapacidad de procesar estímulos visuales en uno de los lados del campo visual. Aunque los ojos del paciente pueden estar intactos, su cerebro no percibe ni responde a los estímulos en el lado afectado.

6. Lesión en los Músculos Oculomotores

El daño a los nervios que controlan los músculos oculomotores puede generar problemas en la alineación de los ojos, provocando diplopía o visión doble. Esta afección ocurre cuando los músculos que controlan el movimiento de los ojos no funcionan de manera coordinada, lo que afecta la percepción visual normal.

El cerebro es el órgano clave para interpretar lo que vemos. Después de un ictus, aunque los ojos puedan estar sanos, la capacidad de procesar lo que perciben puede verse gravemente afectada. Las conexiones dañadas y el flujo sanguíneo interrumpido generan alteraciones en cómo se recibe, interpreta y responde a la información visual, resultando en una amplia variedad de problemas de vista, desde pérdida parcial de visión hasta dificultades complejas en la percepción del entorno.

Tipos de problemas de la vista después del Ictus

Cuando esta enfermedad cerebrovascular, llamada comúnmente ictus, afecta la vista, puede provocar diferentes tipos de problemas visuales dependiendo de la parte del cerebro que haya sido dañada. Algunas de las afecciones más comunes incluyen:

  1. Pérdida de campo visual (hemianopsia): El ictus puede dañar las áreas del cerebro que procesan la información visual, lo que provoca una pérdida de parte del campo visual en uno o ambos ojos. Por ejemplo, la hemianopsia homónima es una pérdida de la visión en la mitad del campo visual de ambos ojos, del mismo lado.
  2. Visión borrosa o doble (diplopía): Esto ocurre cuando el ictus afecta los nervios que controlan los músculos de los ojos, lo que puede provocar que los ojos no se alineen correctamente, causando visión doble.
  3. Ceguera cortical: Si el daño es en la corteza visual del cerebro, la persona puede perder completamente la vista, aunque los ojos y los nervios ópticos estén en buen estado. Esto se llama ceguera cortical y puede ser parcial o total.
  4. Dificultades para procesar lo que se ve (agnosia visual): Aunque la persona pueda ver, el daño cerebral puede dificultar la interpretación de lo que está viendo, provocando que no pueda reconocer objetos o personas.
  5. Nistagmo: Movimiento incontrolable de los ojos, lo que puede afectar la claridad de la visión.

Habiendo aclarado ciertos conceptos, no queremos dejar de recomendarte que lo más apropiado es que una persona que haya sufrido un ictus y experimente problemas visuales sea evaluada por un oftalmólogo, los hay especialistas en enfermedades neurológicas y un neurólogo para determinar el tratamiento más adecuado.

Cómo puede recuperar la vista después de un Ictus

La recuperación de la vista después de un ictus depende del tipo y la gravedad de la lesión cerebral. En muchos casos, el cerebro tiene la capacidad de adaptarse y compensar el daño a través de un proceso conocido como neuroplasticidad. Para fomentar esta recuperación, se utilizan técnicas de rehabilitación visual que incluyen ejercicios específicos para estimular el campo visual afectado. Estas terapias están diseñadas para entrenar al cerebro a procesar mejor la información visual y pueden incluir la práctica de movimientos oculares, seguimiento de objetos y actividades de percepción espacial. Además, la realidad virtual y los ejercicios de reentrenamiento visual se han convertido en herramientas valiosas para mejorar la visión y la conciencia del campo visual perdido.

Otra opción importante para la recuperación son las estrategias compensatorias, que enseñan a los pacientes a adaptarse a sus limitaciones visuales. Esto puede implicar el uso de técnicas para mover la cabeza o los ojos para compensar el campo visual perdido, o la utilización de dispositivos ópticos como prismas que ayudan a redirigir el campo visual. En casos de problemas musculares o oculomotores, la terapia visual puede mejorar la coordinación y alineación de los ojos. También, dispositivos como los prismas y la estimulación eléctrica funcional (FES) pueden ser utilizados para mejorar la respuesta visual. Aunque la rehabilitación visual no siempre restaura completamente la vista, puede mejorar significativamente la funcionalidad diaria y la calidad de vida del paciente.

Terapia de la vista para pacientes con Ictus

El vínculo íntimo entre el cerebro y el ojo conduce a muchas manifestaciones de estas lesiones cerebrales que alteran la visión, la percepción y la capacidad para realizar tareas cotidianas esenciales como leer, manejar el móvil, conducir y desenvolverse en el entorno. Los dolores de cabeza, la fatiga mental  y la visual agravan estos problemas. Aunque la curación después de una lesión cerebral traumática es difícil, la rehabilitación intensiva y el tratamiento interdisciplinario, incluida la terapia cognitivo-conductual, pueden mejorar los resultados funcionales generales. 

En relación a lo anterior, los servicios de rehabilitación que proponemos en nuestras clínicas podemos decir que todos los objetivos de ésta pretenden recuperar la mayor funcionalidad posible y adaptarse a cualquier limitación que pueda haber quedado, sea una afectación motórica, cognitiva de expresión y lenguaje, o visual.

Por último, queremos incidir en otro aspecto igual de importante, que dejarte atender por manos expertas, como decíamos arriba. La clave es iniciar la rehabilitación lo antes posible y tener paciencia, ya que el proceso de recuperación puede llevar tiempo. Con un equipo de profesionales adecuado y el apoyo de familiares y amigos, es posible recuperar una vida plena y satisfactoria, aunque puede que tengas que adaptarte a ciertos cambios, y acudir a una valoración por el oftalmólogo, optometrista como hemos propuesto con esta entrada del blog.

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