Decidió estudiar Logopedia para mejorar la vida de las personas, y no sólo las de los más pequeños de la casa; como habitualmente pensamos en su labor profesional. Las personas mayores afectadas por un Ictus, sufren secuelas más visibles como parálisis facial, alteraciones en el uso del lenguaje y otra menos visible, pero igual de molesta, la dificultad al tragar. Para abordar este inconveniente y ayudar a las personas que conviven con esta discapacidad, hoy entrevistamos a Cristina Torrano, que nos explicará qué es la disfagia y responderá a algunas de las preguntas que le hacen las familias en su trabajo diario en NeurOn.
A mi marido le ha dado un Ictus y nos han dicho que tiene que tomar espesante. ¿A qué se refieren con eso?
Tras un ictus, o cualquier otro tipo de suceso que provoque un daño cerebral, puede que aparezcan síntomas de disfagia, y la persona comience a tener atragantamientos al beber o comer. Por lo que se le pauta desde el hospital, espesante. Una sustancia que nos permite modificar la consistencia de la alimentación y así mejorar su ingesta y deglución. Se dispensa en farmacia, hay varias marcas comerciales y se puede comprar con o sin prescripción médica.
Es importante que antes de nada, se haga una valoración por parte de un profesional adecuado, para un uso adecuado del espesante.
¿Qué consecuencias puede tener la disfagia en mi familiar?
Puede provocar desnutrición, pérdida de peso, deshidratación, neumonía por aspiración o atragantamientos. Y sus consecuencias colaterales, que ofrecen una peor calidad de vida.
¿Quién trata la disfagia?
La disfagia debe de ser valorada e intervenida por un logopeda. En base a la valoración se le propondrá el modo de intervención.
¿Quiénes más pueden apoyar en el tratamiento de la disfagia?
El terapeuta ocupacional nos va a apoyar en el manejo y adaptación de cubiertos, platos y vasos. El fisioterapeuta tendrá que aconsejar y ayudar en el control postural durante las comidas. En algunos casos por problemas a nivel atencional, planificación de la acción o por problemas de impulsividad, necesitaremos el apoyo del neuropsicólogo. Y por supuesto la familia, puesto que son los que realmente están las 24 horas con la persona y sabe de sus necesidades y limitaciones.
¿Cómo puedo darme cuenta de que mi familiar tiene problemas al tragar?
Hay signos típicos como la tos, carraspeo, cambio de la voz, moqueo, estornudos, ojos llorosos… Pero en otras muchas ocasiones no aparece esta sintomatología, por lo que es primordial una valoración previa con el logopeda.
Ahora sí, con estas indicaciones de una profesional experimentada, podemos decir que la comida no será una tortura; y que los apoyos profesionales de fisioterapia, psicología, terapia ocupacional y por supuesto, la logopedia son indispensables para abordar la rehabilitación del daño cerebral, las lesiones medulares o la accidentes craneoencefálicos.
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