El término «ictus» proviene del latín y significa «golpe» o «impacto». En el contexto médico, «ictus» se utiliza para describir un accidente cerebrovascular (ACV), también conocido comúnmente como derrame cerebral. Se llama así porque un ictus ocurre de manera repentina, afectando bruscamente al cerebro como un «golpe». Esta enfermedad neurológica ocasiona una afección grave que ocurre cuando el suministro de sangre al cerebro se interrumpe o se reduce, lo que provoca la muerte de las células cerebrales. Aunque existen múltiples factores de riesgo asociados con los derrames cerebrales, como la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto, el estrés crónico también ha sido identificado como un factor significativo por las autoridades sanitarias.
Por otra parte, el estrés es una respuesta natural del cuerpo y la mente a situaciones que se perciben como desafiantes, amenazantes o demandantes. Es una reacción fisiológica y psicológica que prepara al cuerpo para enfrentar o escapar de una situación difícil, lo que comúnmente se conoce como la respuesta de «lucha o huida».
El Vínculo entre el Estrés y el Derrame Cerebral
El estrés, especialmente cuando es crónico, tiene un impacto negativo en el cuerpo humano. Cuando una persona está sometida a estrés prolongado, el cuerpo responde liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina, que aumentan la presión arterial, aceleran el ritmo cardíaco y pueden desencadenar inflamación. Estos cambios fisiológicos crean un entorno propicio para la formación de coágulos sanguíneos y para el daño a las arterias, lo que puede culminar en un derrame cerebral.
Síntomas de un Derrame Cerebral Relacionado con el Estrés
Los síntomas de un derrame cerebral son los mismos independientemente de su causa subyacente. Es crucial reconocer estas señales para buscar atención médica inmediata, ya que el tiempo es un factor determinante en la recuperación y en la minimización de los daños. A continuación, se describen los principales síntomas de un derrame cerebral:
Debilidad o Entumecimiento Repentino:
Uno de los síntomas más comunes es la debilidad o el entumecimiento, especialmente en un solo lado del cuerpo. Esto puede afectar el rostro, un brazo o una pierna. La persona puede tener dificultades para levantar ambos brazos al mismo nivel o puede notar que un lado de su cara está caído.
Confusión o Problemas para Hablar y Entender:
Otra señal de alerta es la dificultad repentina para hablar, encontrar palabras o entender lo que otros están diciendo. El lenguaje puede volverse incoherente, y la persona puede tener problemas para seguir una conversación.
Problemas de Visión:
Un derrame cerebral puede causar una pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos, o visión borrosa. También puede experimentar visión doble.
Dolor de Cabeza Intenso y Repentino:
Un dolor de cabeza severo, que aparece de forma abrupta y sin causa aparente, es un síntoma común de un derrame cerebral. Este dolor puede estar acompañado de mareos, náuseas o vómitos.
Dificultad para Caminar:
La pérdida de equilibrio, la falta de coordinación y la dificultad para caminar son otros signos de un posible derrame cerebral. La persona puede sentirse mareada o inestable al intentar moverse.
Consejos para evitar el estrés
Evitar el estrés en su totalidad puede ser algo complicado en esta vida de hiperexigencia y frenetismo, con múltiples responsabilidades y presiones de todo tipo. Sin embargo, nos proponemos con este artículo a contribuir a reducirlo, sabiendo que es posible manejarlo de manera efectiva y reducir su impacto en la vida diaria. Aquí hay algunas estrategias clave para evitar y controlar el estrés, o para reducirlo:
Organización y Planificación
- Establece Prioridades: Identifica las tareas más importantes y abórdalas primero. Esto puede evitar la sensación de estar abrumado.
- Divide las Tareas: Desglosa grandes proyectos en pasos más pequeños y manejables. Esto hace que los objetivos sean menos intimidantes.
- Planifica tu Día: Usar una agenda o un calendario para planificar el día te ayuda a gestionar mejor tu tiempo y reducir el estrés de las sorpresas.
Practicar Técnicas de Relajación
- Meditación y Mindfulness: Dedica unos minutos al día a la meditación para calmar la mente y reducir el estrés.
- Respiración Profunda: Practicar la respiración profunda puede ayudar a reducir la ansiedad y calmar el sistema nervioso.
- Yoga y Estiramiento: El yoga combina la actividad física con técnicas de respiración, lo que es excelente para reducir el estrés.
Ejercicio Regular
- Actividad Física: Hacer ejercicio regularmente, como caminar, correr o practicar deportes, ayuda a liberar endorfinas, las hormonas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.
- Rutina Consistente: Intenta mantener una rutina de ejercicio diaria o semanal para aprovechar los beneficios del ejercicio sobre el estrés.
Mantener un Estilo de Vida Saludable
- Alimentación Equilibrada: Una dieta saludable, rica en frutas, verduras y proteínas, ayuda a mantener un nivel de energía constante y mejora la capacidad del cuerpo para manejar el estrés.
- Dormir lo Suficiente: Asegúrate de dormir entre 7 y 9 horas cada noche. El sueño insuficiente puede aumentar el estrés y afectar negativamente la salud mental y física.
- Evitar el Consumo Excesivo de Estimulantes: Reducir la cafeína y el alcohol puede ayudar a mantener los niveles de estrés bajos.
Establecer Límites y Aprender a Decir «No»
- Límites Saludables: Aprende a decir «no» cuando sea necesario para evitar sobrecargarte con responsabilidades.
- Tiempo para Ti Mismo: Reserva tiempo cada día o semana para hacer actividades que disfrutes y que te relajen, como leer, escuchar música o dar un paseo.
Desarrollar una Red de Apoyo
- Conexiones Sociales: Mantén relaciones cercanas con amigos y familiares. Hablar sobre tus preocupaciones puede aliviar el estrés.
- Buscar Apoyo Profesional: Si sientes que el estrés es abrumador, considera hablar con un terapeuta o consejero que pueda ofrecerte estrategias adicionales.
Practicar Aficiones y Pasatiempos
- Tiempo para el Ocio: Dedica tiempo a las actividades que disfrutas y que te relajan. Los pasatiempos creativos, como pintar, tocar un instrumento o jardinería, pueden ser excelentes formas de desconectar y relajarse.
Aceptar lo que No Puedes Controlar
- Mentalidad Positiva: Cambia tu enfoque hacia lo que puedes controlar y trata de aceptar las cosas que están fuera de tu control. Practicar la gratitud y mantener una actitud positiva puede ayudar a reducir el impacto del estrés.
Esperamos haberte ayudado con estos consejos, que requieren práctica y repetición, como así decimos cuando nos enfrentamos a las preocupaciones de las familias afectadas por un ictus, para recuperar y rehabilitarse: práctica, repetición e intensidad. Además de otros aspectos importantes, sacrificio, voluntad y el mejor acompañamiento profesional y especializado.