El ictus es tratado principalmente por la rama de la neurología, que es la especialidad médica encargada de los trastornos del sistema nervioso, incluyendo el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Estos facultativos además de su atención médica, en consulta ofrecen pautas y consejos para retomar la vida y que ésta sea lo más saludable posible, para evitar sustos mayores y prevenir futuros casos.
Entre ellos, el deporte y otros buenos hábitos, que vamos a pasar a comentar, juegan un papel crucial en la prevención de ictus, para mantener un sistema cardiovascular saludable y para reducir factores de riesgo.
¿Qué ejercicios son recomendables para prevenir el ictus?
El ejercicio regular, más o menos intenso, según cada caso, es esencial para reducir el riesgo de ictus, ya que:
- Mejora la circulación sanguínea: Ayuda a mantener los vasos sanguíneos flexibles y saludables, reduciendo la presión arterial y mejorando el flujo sanguíneo hacia el cerebro.
- Reduce el colesterol malo (LDL): El ejercicio contribuye a equilibrar los niveles de colesterol, lo que evita la acumulación de placas en las arterias que pueden provocar ictus.
- Controla el peso: Mantener un peso saludable reduce la carga sobre el corazón y los vasos sanguíneos.
- Mejora la salud del corazón: Fortalece el corazón, lo que reduce el riesgo de hipertensión arterial, un factor clave en la aparición de ictus.
Las recomendaciones suelen incluir al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, como caminar rápido, nadar, pilates, yoga o montar en bicicleta.
¿Cómo influye la alimentación en el riesgo de ictus?
La dieta es otro pilar importante en la prevención de ictus. Una alimentación rica en:
- Frutas y verduras: Aporta antioxidantes que ayudan a proteger las arterias y el corazón.
- Fibra: Regula los niveles de colesterol y la presión arterial.
- Grasas saludables: El consumo de grasas insaturadas, como las presentes en el aceite de oliva o los frutos secos, es beneficioso para la salud cardiovascular.
Se debe evitar el consumo excesivo de sal, grasas trans y azúcares refinados, consumo de carne procesadas, ya que incrementan el riesgo de hipertensión y arteriosclerosis.
¿Cómo afecta el alcohol al riesgo de ictus?
A estas alturas, entenderás que el siguiente punto es más que obvio. Dejar de Fumar y Moderar el Consumo de Alcohol
- Tabaco: Fumar daña las paredes de los vasos sanguíneos, incrementa la presión arterial y favorece la formación de coágulos.
- Alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial, un factor de riesgo importante para el ictus. En moderación, ciertos tipos de alcohol (como el vino tinto) pueden tener un efecto protector, pero es importante consultar a un médico antes de incorporar cualquier hábito de este tipo.
¿Qué factores de riesgo son más comunes para el ictus?
Por otra parte, es importante también, el Control de la Hipertensión. La hipertensión (presión arterial alta) es uno de los mayores factores de riesgo para el ictus. El ejercicio, una buena alimentación y la reducción del estrés ayudan a mantener la presión arterial en niveles saludables.
Dormir bien, es habitual como consejo entre la profesión médica. La falta de sueño está asociada con un aumento del riesgo de hipertensión, obesidad y diabetes, todos factores de riesgo para el ictus. Dormir entre 7 y 8 horas por noche es recomendable para la salud en general.
En clave emocional, la Gestión del Estrés es otro punto a destacar para la prevención y para afrontar una nueva condición de salud. El estrés crónico puede contribuir a un aumento de la presión arterial y otros problemas de salud. Practicar técnicas de relajación como la meditación, yoga o simplemente mantener un estilo de vida más tranquilo puede ayudar a reducir el riesgo.
Y por último, el control de la Diabetes. La diabetes descontrolada aumenta el riesgo de daño a los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a un ictus. Controlar los niveles de azúcar en la sangre mediante la dieta, el ejercicio y, si es necesario, medicamentos, es clave para la prevención.
¿Qué dieta es recomendable para la prevención de accidentes cerebrovasculares?
Como hemos mencionado, una dieta equilibrada y saludable es fundamental para reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). La dieta mediterránea, ampliamente recomendada por especialistas en salud cardiovascular, es uno de los enfoques más efectivos para prevenir esta condición. Este tipo de dieta se basa en el consumo abundante de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva, que son ricos en antioxidantes, fibra y grasas saludables. Estos alimentos ayudan a reducir la inflamación, mejorar los niveles de colesterol y controlar la presión arterial, todos factores de riesgo clave en el desarrollo de un ACV.
Además de la dieta mediterránea, es crucial limitar la ingesta de grasas saturadas y trans, que se encuentran en alimentos procesados, carnes rojas y productos lácteos enteros, ya que estos aumentan los niveles de colesterol LDL (malo) y contribuyen a la formación de placas en las arterias. El consumo de sal debe reducirse para mantener una presión arterial saludable, lo que se puede lograr reemplazando la sal por especias y hierbas. También es beneficioso incorporar alimentos ricos en omega-3, como el pescado graso (salmón, caballa y sardinas), que ayudan a mejorar la salud del corazón y las arterias. Mantener un equilibrio adecuado entre estos grupos de alimentos no solo protege el corazón, sino que también disminuye el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular
Adoptar estos hábitos no solo ayuda a reducir el riesgo de ictus, sino que también mejora la calidad de vida en general. Además, quienes ya han tenido un ictus pueden beneficiarse de estos hábitos para reducir el riesgo de recurrencia. Ahora es el momento de hacer algo significativo, el deporte es sin duda, salud.