Si Benjamin Whorf y Edward Sapir observaran el mundo actual, seguramente se plantearían de nuevo su hipótesis del lenguaje. Para quienes no lo conozcan esencialmente se postula la idea de que nuestro mundo, se articula de acuerdo a nuestra lengua y sus estructuras verbales.
Actualmente vivimos en el mundo de las imágenes, donde las estructuras verbales han perdido peso en favor de las imágenes, símbolos e incluso los famosos emoticonos; a todo esto, hay que unir los beneficios del mundo globalizado, donde las diferentes lenguas se unen y combinan, donde lugar a cada vez más un mayor número de préstamos e intercambios lingüísticos.
Esta situación se torna mucho más complicada, en el caso de las personas que sufren daño cerebral, donde a consecuencia de su patología, en muchas ocasiones sus habilidades de producción se ven reducidas sustancialmente. Su mundo va mucho más allá de las anomias y de las parafasias, se reduce de forma sustancial su habilidad de comunicación, que es precisamente la herramienta básica para poder comunicarnos, aprender e incluso poder ver las posibilidades del mundo. No se debe de olvidar como el ser humano, es el único animal que es capaz de trabajar sobre lo posible, y esto va mucho más allá de lo real.
Con todo esto solamente se quiere hacer ver, en primer lugar, como la hipótesis Sapir – Whorf es una idea que actualmente está de plena vigencia y que debe de actualizarse su planteamiento. En segundo lugar, se pretende ver como la rehabilitación debe de enfocarse de una forma holística e interdisciplinar intentando abordar todos los aspectos posibles de forma complementaria, lo que redunda en la forma en que se accede al mundo y se interacciona con él, lo que es el fin último de la rehabilitación.
Juan Fernández
Neuropsicólogo en Neuron
